¿Quieres saber más sobre la industria de los videojuegos y cómo llegar a trabajar en ellos? ¡Esta es tu sección! A lo largo de los próximos meses, podrás ir conociendo conceptos que necesitarás en esta aventura. ¡En el capítulo de hoy hablaremos de los currículums!
El currículum es algo primordial a la hora de encontrar trabajo. Es tu carta de presentación, todo lo que la empresa a la que aspiras verá sobre ti. Es posible que de un vistazo rápido el recruiter ya sepa si eres el adecuado para el puesto o no, por lo que es importante hacerlo bien.
¡Estructura y condensa bien la información! Asegúrate de añadir la experiencia relevante para el puesto al que aspiras, y no dudes en modificarlo y tener varios modelos si estás probando suerte en puestos diferentes. Piensa bien qué cosas has hecho, aunque nunca hayas tenido experiencia en empresas… ¡hacer juegos pequeños también cuenta mucho! No se trata de contarle al recruiter hasta de qué manera te haces el desayuno, pero no te dejes información que sea relevante sin poner.
Aquí llega la gran pregunta… No, para entrar en la industria de los videojuegos no es imprescindible (u obligatorio) hacer uno visual. De hecho, aunque existen las empresas a las que les gusta ese estilo, al final no deja de ser como un traje: el currículum tradicional bien organizado, tiene menos posibilidades de fallar. Por poner un ejemplo, las agencias de recruitment suelen preferir el currículum tradicional frente al visual/gráfico. Lo que prima es la información, la experiencia demostrable y todo lo que tiene que ver con tu carrera profesional y formación. El hecho de ponerlo más o menos bonito no va a sustituir una (necesaria) prueba técnica. Recordad siempre, ¡lo que importa es el interior!
En contra de lo que se puede pensar, cuando utilizas barritas/estrellitas para mostrar tu conocimiento de tools y diferentes tipos de software, termina llamando más la atención las que son pequeñas (y por ende en las que tienes menos experiencia) que sobre las que tenemos mayor conocimiento. En este caso, es como poner un foco sobre las debilidades, en vez de conseguir llamar la atención sobre los puntos fuertes. Existe gente que usa, además, códigos de colores tipo semáforo, para resaltar dónde tienen mayor experiencia. En este caso sucede lo mismo: el recruiter se va a fijar más en aquello en lo que tenemos menor experiencia si lo ponemos en rojo (color que se asocia a peligro, prohibido, alerta). ¡Es muy importante tener mucho cuidado con estos detalles!
El conocimiento sobre herramientas se demostrará en la prueba técnica, por lo que debe indicarse en el currículum de forma más tradicional. ¿Por qué? Pues porque nunca falla. La originalidad es algo que se percibe, y no hay reglas para considerar algo original de forma universal, ¡y menos en un currículum! La percepción de la información depende de aquella persona que lo va a leer.
Sé inteligente, infórmate y, si no dispones de contactos que te ayuden a ver qué gusta y qué no en RRHH de su empresa (y si Google tampoco te ayuda), vete a lo seguro. Así te asegurarás de que, por lo menos, no va a generar rechazo y se va a entender bien. Un buen currículum se juzga por el contenido, más que por las formas. Piensa cómo lo hace quien lo vaya a leer y evaluar… ¡y mucho ánimo! Hacer un buen currículum es una labor delicada y que requiere de cierta picardía a veces, pero siempre con sentido común y profesionalidad. Al fin y al cabo, esto se trata de mostrarte como la mejor apuesta posible y una buena inversión por parte de la empresa.
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