-
- Pantalla: Samsung mod DB 55 E. HD 1.920 x 1.080 (16:9). Orientación: Vertical
- Microsoft Kinect 2: (la versión que venía originalmente con XBOX One). Ideal para las interacciones en espacios públicos dado que la interacción está basada en el movimiento del cuerpo humano. Permite comportamientos relativamente complejos con un control muy intuitivo sin necesidad de que el usuario tenga que coger nada.
- Ordenador Intel Nuc (2016)
- Procesador: Intel® Core™ i7-6770HQ processor Quad Core, 6 MB Cache, 45W.
- RAM: Dual channel DDR4-2133+ SODIMMs 1.2/1.35V, 32GB maximum.
- GPU: Intel® Iris™ Pro Graphics 580. 1x HDMI* 2.0 (4K 60Hz). 1x Mini DisplayPort* 1.2 (4K 60 Hz). 1x DisplayPort* 1.2 via Type-C.
- Audio: Up to 7.1 multichannel digital audio via HDMI or DisplayPort signals.
- Software OS: Windows 10.
Aquí es cuando comenzaron las complicaciones. Empezando por el final, el ordenador tenía unas limitaciones técnicas con las que hubo que lidiar, sobre todo porque hablamos de un hardware de 2016 y periféricos de 2014. Fue necesario controlar los elementos en pantalla y, además, tuvimos que optimizar el código para que, pese a los filtros de cámara, partículas y otros efectos, el juego fuera fluido.
El mayor problema, sin embargo, fue Kinect. The root of all evil, que dicen los yanquis. Kinect fue deprecado definitivamente en 2018, aunque llevaba ya sin fabricarse desde octubre de 2017, y la última versión no era compatible con Windows 10 a partir de cierta revisión. Esto no sólo significaba que nos enfrentábamos a un proyecto en el que no contaríamos con ningún tipo de soporte por parte del fabricante del periférico principal, sino que además su mayor enemigo en temas compatibilidad se trataba de ellos mismos a través de las actualizaciones obligatorias de Windows 10.
¡Pronto la segunda parte!
Comentarios recientes